Una Whippet de barro.
Después de un día y pico de lluvia, Gala se moría de ganas de salir y hacer esa caminata que tanto le gusta y reconforta, pues allá que fuimos.
Su travesía diaria por caminos, calles y algo de bosque resultó ser un tanto distinta a lo habitual, sus patas pesaban más de la cuenta y sus andares cada vez más lentos. Un par de miradas al jefe para comprobar que todo era normal y así lo entendió.
Que alegría poder disfrutar así de una Whippet, eso es vida. Mejor eso, que no tener que estar de Veterinarios ¿Verdad?
No pasa nada, barro, barro y más barro...