Gala y sus primeras lecciones. Hasta la fecha, Gala quizás por inocencia, quizás por juventud andaba por la vida un poco despistada... como si ella fuese el ombligo del Universo, todo giraba a su alrededor y no conocía donde empezaban o donde acababan los días y las noches, tampoco tenía muy claro los límites del espacio con relación a sus congéneres.
El Domingo pasado, y sin asistir a clase, Gala aprendió una de las principales lecciones básicas que la vida te enseña: "el respeto".
No se puede meter el hocico en la comida de otro Whippet sin permiso. Así fue y así lo hizo, hasta que el comensal y dueño de la misma, la puso al día en cuestiones de intendencia y arte culinario. Creemos que Gala aprendió esa lección con sobresaliente porque literalmente "se meó encima".
Una vez más, y como siempre ocurre, la naturaleza se encarga de situarnos en la órbita que debemos seguir para evitar eclipses no deseados.