Siestas o desconexiones con Whippet podría ser un relato novelesco sencillo, ya sabes, un pequeño paréntesis en nuestros veranos, donde todo se abre y todo se relaja.
Digamos, que una sutil huida de lo mundano, de lo terrenal y solo en compañía y de la pata peluda y con uñas largas de una Whippet cariñosa, amable y paciente.
Quizá, la siesta sería un proceso introductorio al sueño conocido como duermevela, trasueño o soñarrera, donde las babas y/o fluidos internos aprovechan para escapar raudos y veloces de un cuerpo en estado de relajación y cuando menos en estado de embriaguez mental.
Una expresión corpórea, donde las manifestaciones de una actriz de cuatro patas se entrelazan: Realidad, fantasía y alguna represión psíquica de la bodeguita de frijoles.
Puntos de encuentro con esos grupos hidroxilos y que tanto fascina al ser humano cuando consigue establecer comunicación y entendimiento...
Gala espera impaciente un nuevo contacto con sus polioles. Encuentros en fase de REM con todo lo que le rodea, para que en formato de pequeños ladridos y un corretear sencillo, torpe y quizá psicótico haga una exposición de su obra maestra.
Toda una escaleta con estructura aleatoria, suscrita por momentos del día y totalmente "Unexpected".
Una vez más digamos que "Siestas o desconexiones con Whippet" podría ser una obra de teatro con un "Magníficat" a modo de pasaje bíblico, con caducidad de guión y volátil en cuanto la obra sale a la luz.
Os dejo unas imágenes de Gala, preparando su obra maestra.
Un "Anĭma mea Domĭnum" en espera de alcanzar su MOR del sueño.